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      ¿Se levanta el paro de la CGT?: negociaciones secretas y un impensado aliado libertario

      • Mientras define el reclamo que llevará al Consejo del Salario y el tenor de la marcha del miércoles, la central aguarda la media sanción de la Ley Bases con la expectativa de eliminar un artículo clave del capítulo laboral.
      • Negociaciones con un enviado de Milei y las diferencias internas por la huelga del 9 de Mayo.

      ¿Se levanta el paro de la CGT?: negociaciones  secretas y un impensado aliado libertarioTras el primer encuentro en casa Rosada, la CGT abrió un canal de diálogo con funcionarios de Milei.

      La consigna es compartida: "Vamos viendo, esto es día a día". Y más que nunca la conducción de la CGT desplegará esa premisa desde este lunes en una semana que supone clave para la definición de la naturaleza de su vínculo a futuro con el gobierno de Javier Milei. ¿Es posible levantar el paro general del 9 de mayo? La decisión no está tomada en medio de las diferencias internas evidentes en el mundo sindical, pero emergerá como una conclusión directa del resultado de tres sucesos centrales para la dinámica política trazada por la cupula cegetista: el alcance final de la reforma laboral incluida en la Ley Bases que votará Diputados, la negociación con el Ejecutivo por el nuevo aumento del salario mínimo y el balance de la marcha por el Día del Trabajador que los gremios concretarán el miércoles en un nuevo desafío a la gestión libertaria.

      En la primera línea de la central celebraron en los últimos días como un logro propio haber reducido a una expresión muy acotada la pretensión original de Milei del paquete laboral. Remarcan que fue producto de las negociaciones en reserva encaradas por un par de dirigentes con Santiago Caputo, el asesor presidencial con el que consiguieron entablar un diálogo subterráneo desde la reunión compartida en la Casa Rosada y que marcó el deshielo de la relación sindical con el mundo libertario. También aportó lo suyo la posición de un sector de los bloques dialoguistas, y en particular la gestión de Miguel Pichetto, para eliminar del dictamen de la ley los aspectos más cuestionados por los gremios.

      Quedaron apenas poco más de una decena de los 60 artículos que inicialmente alentaba el Gobierno: básicamente los que contemplan la eliminación de multas por la no registración laboral, la implementación del fondo de cese como alternativa a las tradicionales indemnizaciones y la ampliación del período de prueba. Pero en la CGT distan bastante de estar conformes. Ahora están decididos a ir por más. "Hay puntos que no vamos a aceptar porque afectan derechos muy sensibles. Son condición para encarar cualquier diálogo", advirtió a Clarín uno de los jefes de la central obrera.

      En concreto, los gremialistas exigieron a sus interlocutores oficiales (Caputo y el secretario de Trabajo, Julio Cordero) la eliminación de lo que llaman el "esquema 1+5", es decir el artículo 93 incorporado al dictamen que crea la figura del "trabajador independiente" que podrá contar con "hasta otros cinco trabajadores independientes para llevar adelante un emprendimiento productivo y podrá acogerse a un régimen especial unificado", y que estará basado "en una relación autónoma, sin que exista vínculo de dependencia entre ellos ni con las personas contratantes de los servicios u obras". "Eso es inadmisible", señalan en la central.

      No es la única exigencia: también reclaman que se quite de la ley la derogación del estatuto del viajante, que se "matice" el articulado que fija la eliminación de multas por no registración, piden reformular el artículo que establece una indemnización agravada por despidos discriminatorios incorporando la opción de reinstalación del trabajador en su puesto y hasta plantean restricciones sobre los cambios incorporados en el régimen laboral de los empleados públicos.

      "No pueden pretender que cedamos en todo", reprocha uno de los funcionarios que lleva adelante la negociación con los gremios. En la CGT responden que no darán marcha atrás y se ilusionan con la opción del debate en el Senado si finalmente en la media sanción de Diputados no prosperan sus reclamos.

      El tratamiento en la Cámara baja no será el único punto de atención para la cúpula sindical en la semana que se inicia. Para el martes está convocado nuevamente el Consejo del Salario para definir una nueva suba del haber mínimo. Será la primera incursión oficial de Cordero al frente de una negociación que se anticipa compleja luego que en febrero pasado, en la primera reunión del Consejo de la era Milei, el Gobierno impuso en forma unilateral una suba de 30% (llevó el mínimo a $ 202.800 hasta abril) ante la falta de acuerdo entre sindicalistas y empresarios. En esa oportunidad el propio Cordero encabezó la delegación empresaria que ofertó 0% de aumento en el salario mínimo y activó la intervención oficial.

      La mesa chica cegetista se reunirá este lunes y el martes por la mañana para terminar de pulir el reclamo que llevará a las deliberaciones del órgano tripartito. Ya definió que el pedido planteará un incremento integral por inflación desde diciembre, cuando el último aumento se estableció por acuerdo, y en la apuesta de recuperar el deterioro de más de 20% que acumuló el haber mínimo por efecto de la suba de precios. Una nueva imposición del aumento por parte del Gobierno sin un acuerdo de partes conspirará contra cualquier negociación para intentar levantar el paro general del 9 de mayo.

      El estado de ánimo previo a la nueva huelga dispuesta contra la gestión de Milei, la segunda tras su asunción, se palpará el miércoles con la marcha que la conducción sindical convocó en consonancia con el Día del Trabajador. Será una prueba de fuego clave para los sindicalistas por el contraste que marcará respecto a la multitud que ganó las calles la semana pasada en la movilización en defensa de la educación pública y contra el recorte de presupuesto a las universidades.

      Quizás atendiendo a esa circunstancia y al desafío de esquivar una comparación incómoda para sus intereses es que los gremios optaron por evitar la convocatoria a Plaza de Mayo y definieron al Monumento al Trabajo, en Paseo Colón e Independencia, como lugar para la concentración. "Son expresiones diferentes", se atajan de antemano en la central obrera, donde anticipan que la marcha solo enarbolará una proclama general, y que no están previstos ni discursos ni el montaje de un palco central.

      Los sindicalistas sostienen que la protesta les permitirá medir el pulso del malestar social por las políticas de ajuste y el deterioro de ingresos de trabajadores y jubilados. "Las razones que motivaron el paro persisten y se profundizaron. Hoy es muy difícil pensar en levantarlo porque hay un montón de temas que no se resuelven. Pero hay que ver, es día a día", insistió uno de los dirigentes responsable de las conversaciones abiertas con el Gobierno. Y remarca: "hay gestos, pero el diálogo todavía no está".


      Sobre la firma

      Elizabeth Peger
      Elizabeth Peger

      Editora de la sección Política epeger@clarin.com

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