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      Todo lo que nos costó a los argentinos votar libremente

      Desde 1862 hasta 1983, la Argentina sólo vivió un total de 26 años sin fraudes ni proscripciones electorales.

      Todo lo que nos costó a los argentinos votar librementeRaúl Alfonsín. El líder radical se convirtió en el primer presidente elegido por el voto popular tras el retorno de la democracia, en 1983.

      Es un lugar común decir que nuestra democracia es joven y frágil, pero no es tan frecuente la reflexión acerca de la corta vida real de ésta. Basta recordar que desde la unificación nacional, la batalla de Pavón y el equilibrio de fuerzas materializado en 1862 con la presidencia del general Mitre hasta el presente, pocos años rigieron las instituciones democráticas, las elecciones sin fraudes y sin proscripciones.

      Entre 1862 y 1916 rigió un régimen de exclusión social y económica que tenía su correlato político en el acuerdo entre las élites que se alternaban en el poder gracias a la vigencia del fraude electoral.

      El pueblo recién pudo votar tras la sanción de la Ley Sáenz Peña en 1912 y llevar a la Casa Rosada a Hipólito Yrigoyen en 1916. Desde esta primera presidencia radical, pasando por la segunda encarnada en Marcelo T. de Alvear y la vuelta de Yrigoyen pasaron 14 años. El 6 de septiembre de 1930 aquella continuidad fue interrumpida por la expresión armada de una crisis importada de Wall Street y que desembocó en una tragedia.

      El golpe del ‘30 abrió un período de ilegitimidad política y exclusión social y económica para las mayorías basado en un sistema electoral al que los golpistas generales Uriburu y Justo bautizaron como fraude patriótico.

      El período inaugurado el 10 de diciembre de 1983, que cumplirá 36 años, es inédito en nuestra historia democrática.  

      Al general Justo lo sucedió, en 1938, fraude mediante, el radical anti-yrigoyenista Roberto Marcelino Ortiz, que intentó combatir el fraude pero murió en el ejercicio de la presidencia. Le tocó al ultraconservador Castillo intentar completar el período retomando las prácticas fraudulentas. Pero un nuevo golpe de Estado producido el 4 de junio de 1943 no se lo permitió.

      El emergente de la llamada “revolución del 43” fue el coronel Perón, quien, elecciones libres mediante, asumió la presidencia el 4 de junio de 1946. Aquel disruptivo período fue violentamente interrumpido con el bombardeo de la Plaza de Mayo que se cobró más de 300 víctimas civiles y el golpe del 16 de septiembre de 1955.

      Desde entonces y hasta 1973, el peronismo fue proscripto y no pudo participar en las elecciones de 1958, en las que resultó vencedor Arturo Frondizi tras la orden de Perón de votar por él; ni en las elecciones de 1963, en las que resultó electo Arturo Illia.

      El gobernante radical nacido en Pergamino promovió el desarrollo industrial, científico y tecnológico del país e intentó la incorporación gradual del peronismo a la vida política. Por ese motivo y por sus innovadoras y nacionalistas políticas en materia de petróleo y medicamentos fue derrocado a fines de junio de 1966 por el golpe cívico militar del general Juan Carlos Onganía, que inauguró un período de siete años de dictadura, abriendo la puerta a la violencia popular que estalló el 29 de mayo de 1969 en el Cordobazo.

      Corrió mucha sangre hasta que el pueblo pudo volver a votar el 11 de marzo de 1973, pero las cláusulas proscriptivas de Alejandro Lanusse postergaron hasta septiembre de 1973 la posibilidad de que el pueblo peronista votara por su líder y se desquitara con un histórico 62%.

      Tras la muerte de Perón y el gobierno de su esposa Isabel, el peor golpe cívico-militar, el más sangriento de la historia argentina, irrumpió el 24 de marzo de 1976, destrozando el país y clausurando las urnas por unos eternos 7 años.


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      Desde 1862 hasta el triunfo de Raúl Alfonsín en 1983, durante 121 años la Argentina sólo había vivido en total 26 años sin fraudes ni proscripciones electorales, los que, aun así, no estuvieron exentos de conflictos sociales, crisis, ni persecuciones a la oposición. El período inaugurado el 10 de diciembre de 1983, que cumplirá 36 años, es inédito en nuestra historia, en la historia de esta democracia joven, frágil, todavía en construcción. 


      Sobre la firma

      Felipe Pigna
      Felipe Pigna

      Historiador y autor argentino.

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