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      La peste aviaria hunde el precio de la carne vacuna en Estados Unidos

      • Bajó más de 6% en mayo, al pasar de U$S 185 la libra a U$S 174/libra.
      • Los costos de producción del ganado vacuno han aumentado más de 30%.

      La peste aviaria hunde el precio de la carne vacuna en Estados UnidosLa tendencia es a vender el ganado a precios históricamente muy bajos.

      El precio del ganado vacuno se hundió más de 6% en mayo de 2024 en EE.UU, al golpear los mercado de futuro el impacto de la “fiebre de los pájaros” (“Bird flu”), cuando paso de U$S 185 la libra a U$S 174/libra, según lo informado por el Mercado Bursátil de Chicago, donde tramitan los commodities de todo tipo.

      Como medida precautoria, USDA (Departamento de Agricultura de EE.UU) prohibió al ganado infectado (o con amenaza de serlo) cruzar las fronteras de los Estados; y esto ocurrió al tiempo que se acrecentaba la preocupación internacional por la posible aparición de la “Bird Flu” fuera de EE.UU, como lo manifestó expresamente la “Organización Mundial de la Salud” de Naciones Unidas (UNWHO).

      La "fiebre aviaria" o de los pájaros apareció en rebaños de vacas lecheras de 9 Estados de la Unión, incluyendo Texas y Kansas.

      El resultado es que los costos de producción del ganado vacuno han aumentado más de 30% en lo que va del año, lo que ha obligado a los “ranchers” a reducir sus rebaños a su menor nivel en 61 años.

      A esto hay que sumarle la sequia extrema que ha experimentada el Oeste y el Sur de EE.UU en 2023, con los Estados de la costa del Pacifico golpeados por la mayor sequia de su historia en 1200 años, según USDA, al punto de que un 1/3 de los 48 Estados Continentales se encuentra todavía en una situación de carencia hídrica prácticamente absoluta.

      Por eso es que la tendencia es a vender el ganado a precios históricamente muy bajos, debido a la imposibilidad de alimentarlos en campos convertidos en espacios desertificados.

      De ahí que las reservas de granos para enfrentar situaciones críticas haya caído a 71.9 millones de toneladas, el menor nivel desde 1954, en una tendencia que se agudiza sistemáticamente. Esta situación coincide con un precio récord de los granos en el mercado mundial, sobre todo la soja, el maíz, y el trigo, ocasionado por el aumento de la energía provocado por la Guerra de Ucrania.

      Esto ha desatado un adelantamiento del ciclo ganadero, al tiempo que ha provocado un autentico boom del negocio de los “feedlots”, que son los grandes beneficiarios del derrumbe de precios del ganado vacuno. Lo que está ocurriendo es que los “ranchers” prefieren vender sus animales a menor precio antes que alimentarlos.

      Este no es el tradicional “ciclo del bife” (“beef-cycle”), que tiene lugar en el negocio ganadero cada 8/10 años, y que se desata cuando el precio de los terneros disminuye porque su número es cada vez más abundante, lo que provoca su venta inmediata, acompañada de una reducción significativa, incluso extrema, del tamaño de los rebaños.

      En un momento determinado, la reducción de los rebaños eleva el precio del ganado, compensando largamente las pérdidas experimentadas en la etapa inicial del ciclo. Esta vez es distinto, y la producción de carne vacuna caería 5.2% en 2024, y más de 7% el próximo año; y el ciclo de recuperación no surgiría nunca antes de 2 años, lo que puede implicar la ruina para los pequeños productores.

      Lo que ocurre es que el consumo de carne vacuna sigue siendo muy fuerte en EE.UU, ya que los norteamericanos disponen de pleno empleo, con salarios reales que compensan la tasa de incremento de la inflación; y lo notable es que esto sucede hasta el punto de que no aumenta de manera significativa el consumo de los productos alternativos a la carne vacuna, como las aves o el cerdo.

      La carne vacuna reina hoy de manera indisputable en el mercado estadounidense no obstante sus altos precios, y el resultado, entre otros es que las denominadas “carnes alternativas” de base vegetal no ha crecido su consumo de manera significativa, y sigue siendo su consumo un fenómeno de carácter prácticamente anecdótico.

      Hay que agregar que la sequia crónica que ha estallado en el Estado de California, que es el principal Estado de la Unión, ha golpeado duramente la producción frutihorticola norteamericana, que en más de un 90% se origina en ese lugar; y en California hay un conflicto constante entre los requerimientos de la demanda urbana de agua, y las exigencias crecientes de la producción frutihorticola.

      Esto hace que las frutas y las hortalizas hayan aumentado significativamente sus precios en los 48 Estados continentales de la Unión, que son todos salvo Hawái y Alaska; y todo indica que el carácter crónico de la carencia de recursos hídricos es un elemento prácticamente constante que vino para quedarse, en todo el Oeste norteamericano.


      Sobre la firma

      Jorge Castro

      Analista internacional. Columnista del suplemento Económico de Clarín.

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