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      ¿Es antisemita criticar a Israel?, se pregunta el filósofo Peter Singer

      • Derecho a protestar.
      • El filósofo de origen australiano niega que las protestas en los campus de EE.UU. puedan compararse con las de los nazis en 1930.

      ¿Es antisemita criticar a Israel?, se pregunta el filósofo Peter SingerEstudiantes manifestándose a favor de Palestina frente a Sproul Hall, el edificio administrativo del campus de la Universidad de California Berkeley, el 9 de mayo de 2024, en Berkeley, California (Estados Unidos). EFE/John G. Mabanglo

      El mes pasado, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, condenó las protestas en los campus de Estados Unidos contra los ataques de su país a Gaza, diciendo que eran “una reminiscencia de lo que ocurrió en las universidades alemanas en la década de 1930”. Al parecer, estaba comparando a los manifestantes con los grupos de estudiantes nazis que apaleaban a estudiantes y profesores judíos.

      Esa comparación diluye el horror del nazismo al pasar por alto tanto el alcance de la violencia que los estudiantes nazis infligieron a cualquiera que fuera judío como su objetivo declaradamente racista de purgar las universidades de todos los estudiantes y profesores judíos. Lograron ese objetivo después de que los nazis llegaran al poder, y ahora podemos ver que fue un paso hacia su objetivo final: un mundo sin judíos.

      Sé cómo era el antisemitismo nazi en la década de 1930. Mis padres, judíos vieneses, se convirtieron en refugiados. Mis abuelos no se fueron a tiempo, y tres de ellos fueron asesinados en el Holocausto. Cuando era niña, mi padre madrugaba los domingos por la mañana y sacaba fotos de su extensa familia, llorando por la pérdida, no sólo de sus padres, sino de tíos, tías y primos.

      La historia de mi familia me llevó, cuando era estudiante, a estudiar el ascenso del fascismo y el antisemitismo en Europa en la década de 1930. Leí fuentes primarias, como el periódico virulentamente antisemita Der Stürmer (El soldado de avanzada), y aunque finalmente me dediqué a la filosofía más que a la historia, el odio visceral hacia los judíos que se desprendía de esos escritos me causó una impresión duradera.

      Sin duda, algunos antisemitas han utilizado las protestas estudiantiles de hoy como tapadera para atizar el odio contra cualquier judío, independientemente de su opinión sobre lo que está ocurriendo en Gaza. Pero calificar las protestas en general como comparables al antisemitismo nazi es grotesco.

      Netanyahu forma parte de una larga lista de defensores de Israel que tratan de tachar a sus críticos de antisemitas. Ahora, la Cámara de Representantes de Estados Unidos ha prestado su apoyo -quizá sin quererlo- a la difuminación de la crucial distinción entre antisemitismo y oposición a Israel. Por 320 votos a favor y 91 en contra, la Cámara aprobó una resolución que combina una condena del antisemitismo con la estipulación de que el Departamento de Educación de Estados Unidos utilice la definición de antisemitismo elaborada por la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA).

      La forma en que la IHRA define inicialmente el antisemitismo es sencilla e inobjetable: “El antisemitismo es una determinada percepción de los judíos, que puede expresarse como odio hacia los judíos”. El problema es que esta definición va seguida de ejemplos de antisemitismo, uno de los cuales es: “Negar al pueblo judío su derecho a la autodeterminación, por ejemplo, afirmando que la existencia de un Estado de Israel es una empresa racista”.

      Fundador del sionismo y de israel, Theodor Herzl. 
Foto: AP Fundador del sionismo y de israel, Theodor Herzl. Foto: AP

      En 1896, cuando Theodor Herzl publicó El Estado judío, un panfleto ampliamente considerado como el texto fundacional del sionismo, había muy pocos judíos viviendo en lo que hoy es Israel. Los judíos de todo el mundo sentían una conexión histórica con el Israel de la Biblia hebrea, y cada año, en Pascua, decían: “El año que viene en Jerusalén”. Pero era un ritual, no la expresión de un deseo de trasladarse allí. Para mis padres, en los años anteriores a la llegada de los nazis al poder, la idea de abandonar la bulliciosa, sofisticada y multicultural Viena por Palestina era irrisoria.

      El primer movimiento sionista popularizó el lema: “Una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra”. Era cierto que en aquella época los judíos eran minoría en todas partes, por lo que no había tierra, ni país, que fuera predominantemente judío. Pero también era obviamente falso que Palestina careciera de pueblo.

      Vehículos abandonados y destruidos permanecen esparcidos en el lugar del festival de música Nova, donde los testigos informaron haber visto violaciones en las cercanías después de los ataques liderados por Hamas el 7 de octubre de 2023, cerca del kibutz israelí de Re'im, el 11 de octubre de 2023.  (Sergey Ponomarev/The New York Times)Vehículos abandonados y destruidos permanecen esparcidos en el lugar del festival de música Nova, donde los testigos informaron haber visto violaciones en las cercanías después de los ataques liderados por Hamas el 7 de octubre de 2023, cerca del kibutz israelí de Re'im, el 11 de octubre de 2023. (Sergey Ponomarev/The New York Times)

      Si afirmamos que los judíos, o los romaníes, o cualquier otro pueblo que sea minoritario en todas partes tiene derecho a la autodeterminación, sin duda debemos reconocer que ese derecho debe estar limitado por los derechos de los demás a determinar el tipo de Estado que gobernará la tierra en la que viven. Para los grupos que son minoría en todas partes, eso puede significar que no hay ningún país en el que puedan ejercer un derecho nacional o colectivo a la autodeterminación.

      ¿Qué hay de la afirmación de que el Estado de Israel es una empresa racista? La Ley del Retorno de Israel me da derecho a convertirme en ciudadano de Israel, aunque sea ateo, nunca haya observado las leyes religiosas judías, aprendido hebreo ni haya tenido un bar mitzvah. Pero el hecho de que mi abuela materna fuera judía me basta para tener derecho a “regresar” a Israel. Eso parece incómodamente cercano a un criterio racista para decidir quién tiene derecho a ser ciudadano de Israel.

      En 2010, como parte de un grupo de judíos australianos, renuncié públicamente a mi derecho al retorno. Lo hicimos porque no creemos que debamos tener ese derecho cuando los palestinos que pueden documentar que sus antepasados tuvieron hogares en lo que hoy es Israel, y al menos algunos de cuyos antepasados fueron expulsados por la acción hostil militar o paramilitar judía, no lo tienen.

      Estudiantes en un campamento a favor de Palestina, el 26 de abril de 2024, en el campus de la Universidad Northeastern en Boston, Massachusetts (Estados Unidos). EFE/ Iñaki EstívalizEstudiantes en un campamento a favor de Palestina, el 26 de abril de 2024, en el campus de la Universidad Northeastern en Boston, Massachusetts (Estados Unidos). EFE/ Iñaki Estívaliz

      A pesar de mis objeciones a la definición de la IHRA, reconozco que, a su favor, incluye la importante afirmación de que “las críticas a Israel similares a las dirigidas contra cualquier otro país no pueden considerarse antisemitas”. Eso es suficiente para demostrar que Netanyahu se equivoca al calificar de antisemitismo lo que está ocurriendo en los campus de Estados Unidos.

      Se criticaría duramente a cualquier país que sometiera a una población civil al bombardeo generalizado que Israel ha lanzado contra Gaza, incluso si el país estuviera respondiendo a ataques horribles como los cometidos por Hamás el 7 de octubre de 2023. Por eso las protestas actuales, tomadas en su conjunto, no pueden tacharse de antisemitas.

      ©Project Syndicate. Singer es filósofo australiano, experto en ética y profesor de la Universidad de Princeton.


      Sobre la firma

      Peter Singer
      Peter Singer

      Profesor de Bioética en la Universidad de Princeton y profesor laureado en la Universidad de Melbourne. Algunos de sus libros son Un solo mundo, Ethics in the Real World [La ética en el mundo real] y el más reciente Utilitarianism: A Very Short Introduction [Brevísima introducción al utilitarismo], en coautoría con Katarzyna de Lazari-Radek.

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