Noticias hoy
    En vivo

      Solo suscriptores

      Gabriela Arias Uriburu, su trabajo con las constelaciones familiares y la llegada de su primera nieta, que nació el mismo día que su ex se llevó a sus hijos hace 26 años

      • Jena, hija de Zahira, nació el 10 de diciembre de 2023. El agradecimiento de poder acompañarlas hasta en la sala de parto.
      • Cómo las constelaciones familiares la ayudaron a resignificar tanto dolor.
      • El camino para mantener una relación cordial con Imad Shaban, padre de sus tres hijos.

      Gabriela Arias Uriburu, su trabajo con las constelaciones familiares y la llegada de su primera nieta, que nació el mismo día que su ex se llevó a sus hijos hace 26 añosGabriela Arias Uriburu, su trabajo con las constelaciones familiares y la llegada de su primera nieta, que nació el mismo día que su ex se llevó a sus hijos hace 26 años. Foto: Martín Bonetto, Clarín.

      “Todo el mundo me hablaba de lo impresionante que es ser abuelo, pero en nuestra historia, sentí que todo lo que yo había vivido había sido para ese instante, que todo lo que trabajé y viví, como abuela y ancestro de ella, es un capital de vida enorme para esta bebé”, dice a Clarín Gabriela Arias Uriburu.

      Jena, su primera nieta, nació el 10 de diciembre de 2023, exactamente el mismo día que 26 años antes -en 1997- Imad Shaban, su expareja, se llevó a los tres hijos de ambos a vivir a Jordania. Gabriela inició una lucha legal internacional que recorrió el mundo; creó una fundación para abordar la restitución familiar priorizando al niño, y desde 2010 mantiene un vínculo fluido con sus hijos y su familia.

      Luego de años de tragedia e indescriptible dolor por no poder ver a sus hijos, Gabriela y su familia comenzaron a transitar caminos de reencuentro, permitiendo que Karim, Zahira y Sharif vuelvan a conectarse con su mamá.

      Gabriela viajó para acompañar a su hija Zahira ante la llegada de Jena. Foto: Instagram @ariasuriburu.Gabriela viajó para acompañar a su hija Zahira ante la llegada de Jena. Foto: Instagram @ariasuriburu.

      Fue Zahira, su única hija mujer, la que “inauguró esta línea de descendientes. Jena continúa toda la línea matrilínea: mi mamá -que está viva con 95 años-, yo, Zahira y ahora Jena”, señala Gabriela, quien abordó numerosas terapias holísticas y encontró en las constelaciones familiares la clave para comprender los movimientos de la vida.

      Tejer la tela vincular

      Zahira vive en Dubái y fue allí donde transitó su embarazo. Cuando un diagnóstico de preeclampsia tornó difícil la situación, Gabriela viajó a acompañar a su hija -con la ayuda de su ex para sacar el vuelo-.

      Jena, su primera nieta, nació el 10 de diciembre de 2023, el mismo día que en 1997 Imad Shaban se llevó a los tres hijos de ambos a vivir a Jordania. Foto: Martín Bonetto, Clarín.Jena, su primera nieta, nació el 10 de diciembre de 2023, el mismo día que en 1997 Imad Shaban se llevó a los tres hijos de ambos a vivir a Jordania. Foto: Martín Bonetto, Clarín.

      “Zahira y la bebé estuvieron en riesgo de vida. Yo llegué justo, y sentí en ella el trauma… ¡Cómo los hechos traen solitos lo que estaba muy escondido! Lo primero que hice fue humectar toda su piel, porque estaba llena de miedo y dolor”, narra, e ilustra: “Soy una herramienta entera y en ese instante pude entregar toda mi herramienta, como una ‘madre medicina’, que a veces es simplemente no decir nada”.

      “Estábamos en el hospital y sabíamos que un día más de vida de la bebé dentro de la panza era un montón. No sabíamos cuándo iba a nacer, todo dependía de cómo estaban ellas. Y cuando ya empezaron a estar en riesgo, la médica dijo que había que ir a cesárea. En el momento no quise decírselo, tuvo que pasar por muchas cosas, pero la bebé nació de casi 33 semanas el 10 de diciembre de 2023, el mismo día que 26 años antes Imad se lleva a los chicos y en Argentina es el Día de los Derechos Humanos”.

      El nacimiento de la bebé reunió a toda la familia. Foto: Instagram @ariasuriburu.El nacimiento de la bebé reunió a toda la familia. Foto: Instagram @ariasuriburu.

      Jena fue atendida por un equipo de neonatólogos y entró en una incubadora inmediatamente. Ya se habían puesto de acuerdo con su yerno cómo se dividirían luego del nacimiento: él iba con la beba y Gabriela, con su hija. “Así que pude entrar a la sala de parto, que fue un regalo del universo, nunca lo imaginé. Pensé en esa Gabriela de 1997, que estaba en el horror buscando a sus hijos, y que ese mismo día años después iba a ver nacer una hija de mis hijos”.

      Y reflexiona: “Tenemos que comprender que la vida no es como yo quiero que sea o como yo me la imaginé, sino que -como dice Bert Hellinger [conocido por ser el creador de las constelaciones familiares]- los hechos nos muestran que está en fidelidad o intrincación en el sistema familiar del que todos somos parte. La familia es un campo espiritual donde se expresa y se muestra todo lo que han vivido nuestros ancestros”.

      "La familia es un campo espiritual donde se expresa y se muestra todo lo que han vivido nuestros ancestros”, dice Gabriela Arias Uriburu. Foto: Martín Bonetto, Clarín."La familia es un campo espiritual donde se expresa y se muestra todo lo que han vivido nuestros ancestros”, dice Gabriela Arias Uriburu. Foto: Martín Bonetto, Clarín.

      Durante el mes que Jena estuvo en neo, Gabriela estuvo al lado de su hija. Caminaban una y otra vez, del hospital al hotel, y viceversa. “Todas esas caminatas, de ver y despedir a la bebé, parecían un hermoso colecho, porque era un transitar. ¿Qué hacía yo acaso cuando Imad se llevó a los chicos? Esos viajes: ir de un lugar, de mi casa, a la de ellos, tejiendo toda esta tela vincular”.

      Durante el mes que Jena estuvo en neo, Gabriela y Zahira caminaban del hospital al hotel, y viceversa. Foto: Instagram @ariasuriburu.Durante el mes que Jena estuvo en neo, Gabriela y Zahira caminaban del hospital al hotel, y viceversa. Foto: Instagram @ariasuriburu.

      “Nos agarrábamos de la mano y yo le decía ‘qué maravilloso poder estar viviendo esto juntas, sin drama’. Porque yo no tenía nada que resolver con ella, y ella estaba resolviendo lo que le estaba pasando a su hija, con su mamá”.

      Y asegura: “Fue una puesta en escena de la vida maravillosa, donde yo le decía ‘mirá si yo estuviera acá sin haber trabajado todo lo que me pasó, llena de odio, rencor y pedido de justicia’. En ese caso, hubiera sido imposible que yo pudiera acompañarla, porque hubiéramos entrado en un motín. Pero yo estoy tan sanada con todo lo que nos pasó, es tanto el trabajo que hice, que nos encontró en este momento perfecto para seguir en este trabajo”.

      En ese momento, “a Zahira le salió todo el trauma de la separación con su mamá. Pero estábamos juntas, entonces era lo que había pasado, pero lo que estábamos viviendo. Y yo le decía ‘fijate que no hay nada que resolver entre nosotras, y estamos entregadas a que yo te acompañe con mucha sabiduría, dándote los espacios, alcanzándote el pañuelo para que te seques las lágrimas’. Todo fue muy fuerte”.

      Familias multiculturales

      Al mes de vida Jena salió del hospital y unas semanas después, Gabriela volvió a Argentina, ya planeando un próximo viaje.

      En esas salas y en esa espera, la pequeña Jena reunió a “todas las tribus”: la familia de su papá -un inglés de familia iraquí- y de su mamá -la tribu jordana, y la abuela argentina-.

      Las dos abuelas -materna y paterna- de Jena, juntas. Foto: Instagram @ariasuriburu.Las dos abuelas -materna y paterna- de Jena, juntas. Foto: Instagram @ariasuriburu.

      “Todo confabuló de una manera maravillosa en un momento difícil, crítico, y a la vez maravilloso. Yo les decía a los chicos: ‘Tienen a la bebé en la neo, pero miren todos los regalos que hay alrededor: Zahira estaba en su habitación del hospital con su papá, su mamá, sus hermanos, la familia de él… Pero necesitó de todo un movimiento para que todos nos abramos a eso. Yo también entiendo que soy como la ‘gestora’, porque soy la que está más vaciada de dolor”.

      Hace años que Gabriela, Amad y sus tres hijos trabajan en esta “reconstrucción” y mantienen un vínculo fluido. “Hay gente que me dice ‘¿cómo se te ocurre sentarte con ese señor que te sacó a los chicos?’ Y yo digo que me tengo que sentar con esa parte mía; está en mi sistema familiar. Mi trabajo es sentarme con esa parte, mirar la posibilidad de reunirnos y reconocer el daño, nuestros dolores. Es muy importante trabajar con el daño, porque ahí viene una liberación. Cuando lo integrás, viene una liberación, un salto cuántico. Hoy con Imad tenemos la posibilidad de ir por un camino de respeto, ¿por qué tengo que decirle al otro cómo tiene que ser?”.

      Constelaciones para reconciliar

      Casi diez años después de que la separaran de sus hijos, en 2006 su hermana Marcela -que estaba metida en el movimiento holístico- la invita a constelar. Fue un camino de ida: no solo consteló, sino que se formó y hoy da talleres y seminarios para compartir las herramientas que la ayudaron a transitar tantos momentos difíciles (más info en su cuenta de Instagram, @ariasuriburu).

      Gabriela es autora de varios libros, como Vínculos y Salvaje o domesticada. Foto: Martín Bonetto, Clarín.Gabriela es autora de varios libros, como Vínculos y Salvaje o domesticada. Foto: Martín Bonetto, Clarín.

      Fueron muchos años de morir, tener que atravesar el mundo, atravesar la mirada de juicio de la humanidad. Encima después pasó lo de las Torres gemelas y la eclosión de la economía argentina, que hizo que por dos año y medio yo no pudiera viajar a Jordania, porque mis hijos estaban en Medio Oriente”, rememora. “Agradezco no haber entrado en guerra conmigo misma y con las culturas, porque no sé qué legado le hubiera dejado a los que vienen después”.

      “Por eso las constelaciones me ayudaron, y me puse a estudiarlas. No el por qué, sino el para qué: ¿qué es lo que tengo que hacer con esto? Me ayudaron a comprender no sólo mi ámbito, sino qué era lo que nuestra historia venía a mostrar a nivel colectivo, que tiene que ver con la paz y la reconciliación, de poder entregar la fuerza de resolución como un legado a todo lo que viene delante de nosotros”.

      Gabriela da talleres y seminarios para compartir las herramientas que la ayudaron a transitar tantos momentos difíciles. Foto: Instagram @ariasuriburu.Gabriela da talleres y seminarios para compartir las herramientas que la ayudaron a transitar tantos momentos difíciles. Foto: Instagram @ariasuriburu.

      Los padres de Gabriela se separaron cuando ella tenía once años. “Como hijos, vivimos el divorcio más largo de la historia, peleas, juicios y más juicios. Y nosotros estuvimos en el medio de eso. Entonces, mi mamá y mi papá me entregaron el ‘manual’ a los once años, cada uno cargaba con su propia historia familiar de mucho dolor”.

      “A su vez, cuando Imad se lleva a nuestros hijos sale a la luz la historia de mi papá: cuando mi abuela paterna decide separarse, el juez le saca la tenencia y sus hijos quedan con su padre -mi abuelo-. Ahí reconocí que mi papá tenía la historia de mis hijos de una manera diferente”, cuenta Gabriela.

      Cuando Gabriela e Imad deciden separarse y él desaparece con los chicos, lo primero que pensó fue en aquel “manual”, en todo lo que vivió como hija y en no repetir ese mismo patrón. “Ser hija de papá y mamá me dio toda la sabiduría para hacer un camino completamente diferente, de reparación, donde yo me tuve que sacrificar, pero en pos de lo mejor para los hijos”.

      Gabriela vivió un recorrido complejísimo, en el que siempre buscó preservar a sus hijos del conflicto: “Yo le pedí a Jordania poder ver a mis hijos. Y eso fue lo que nos salvó, porque hay cientos de casos no resueltos, porque muchos padres esperan la resolución del juez para ver al hijo, y el juez no es vinculante”.

      “Desde el primer momento sentí que tenía que reivindicar la figura de la madre en nuestra historia familiar". Aquí, con Zahira pequeña. Foto: Instagram @ariasuriburu.“Desde el primer momento sentí que tenía que reivindicar la figura de la madre en nuestra historia familiar". Aquí, con Zahira pequeña. Foto: Instagram @ariasuriburu.

      “Desde el primer momento sentí que tenía que reivindicar la figura de la madre en nuestra historia familiar. Es decir, no ser esta madre que es capaz de matar, que es capaz de cualquier cosa por tener a los hijos. Porque si yo hubiera hecho eso, lo único que hacía era repetir el trauma, en vez de resolver el trauma. El mundo está plagado de ego adulto (mi derecho como hombre, mi derecho como mujer, como madre), y el niño queda en el medio preguntándose ‘¿y mis derechos dónde están?’


      Sobre la firma

      Sabrina Díaz Virzi
      Sabrina Díaz Virzi

      Editora de las secciones Familias, Relaciones y Astrología sdiazvirzi@clarin.com

      Bio completa