Tarjeta SUBE: a un mes del anuncio de la apertura a la competencia privada no hay novedades y demoraría 2 años su implementación

La apertura del Sistema Único de Boleto Electrónico (SUBE) a la competencia privada podría tardar cerca de 2 años, según un informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Conicet, en base a la experiencia internacional.

El negocio mueve comisiones por unos $ 36.400 millones -valores constantes de marzo 2024- correspondientes al 7% del cobro de 4700 millones de transacciones anuales, según cuentan en reserva fuentes conocedoras del sistema. Sobre ese dinero, Nación Servicios paga tasas variables (fee) a las distintas redes como kioscos y billeteras virtuales que cargan la tarjeta SUBE.

Sin embargo, dimensionar todo el tamaño del negocio que se abriría con los privados es una quimera, porque alcanzaría también a la información y la gigantesca base de datos de unos 12 millones de pasajeros, además de la guerra entre las fintech (Mercado Pago y Ualá, entre otras) por la principalidad: ser los número 1 en cantidad y confiabilidad de los servicios a los usuarios.

Aunque el vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció el mes pasado que se abriría por decreto el sistema de pagos electrónicos del transporte público a nivel nacional, lo cierto es que todavía no está implementado.

El sistema hoy lo centraliza la tarjeta SUBE, creada en 2009 tras un convenio del Ministerio de Transporte y Nación Servicios -unidad de negocios del Banco Nación- en medio de la crisis por la falta de monedas, cuando la alta inflación ya empezaba a hacer estragos en la economía.

Con la apertura a otras modalidades, los viajes en colectivos, trenes y subtes se podrían pagar a futuro con tarjetas de débito y crédito a través de la tecnología Near Field Communication (NFC) o con billeteras virtuales en el celular mediante QR.

"Dado que requiere el cambio de los validadores en colectivos, trenes y subte, es de esperarse que, en el caso del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), la plena vigencia de un nuevo sistema abierto demore, por lo menos, 2 años. El análisis de implementaciones similares deja en evidencia que el involucramiento del Estado resulta fundamental para alcanzar un resultado exitoso tanto por la necesidad de coordinación de los actores involucrados, como por la implementación efectiva de la tarifa social", señaló el reporte del IIEP, coordinado por los economistas Alejandro Einstoss y Julián Rojo.

Santiago de Chile, un ejemplo cercano, está trabajando en el reemplazo de la tarjeta BIP!, similar a la SUBE, desde el 2015. Convocó a licitación en 2020 y recién en el segundo semestre de este año los usuarios podrán abonar las tarifas con tarjetas de débito, crédito o billeteras electrónicas. La demora se explica principalmente por el hardware y las compatibilidades necesarias para adaptar los sistemas, explicó el Instituto.

De acuerdo al IIEP, Nación Servicios cobra una comisión del 7% sobre el monto de las transacciones realizadas, que es compensada en su totalidad por el Estado nacional a los operadores de transporte. Durante el 2023, el costo de la comisión SUBE ascendió a los $ 7.760 millones, lo que equivale a casi el 2% de los subsidios otorgados en el mismo período. Su servicio no sólo se reduce a la gestión del cobro y pago del transporte, sino que incluye el monitoreo y fiscalización del sistema en su conjunto, información empleada por el regulador para la supervisión del desempeño de las empresas y la distribución de los subsidios correspondientes.

En Argentina ya está la posibilidad de pagar el transporte con NFC o QR. La primera ciudad en implementar la SUBE Digital como prueba piloto fue Neuquén.

Una encuesta de la consultora Taquion en marzo a 2.363 personas en todo el país mostró que el 74% usa la tarjeta SUBE; que el 66% experimentó problemas para cargar saldo alguna vez; que el 81% cree que debería haber cambios en el sistema; y que el 87% está a favor de ampliar los medios de pago.