Klan: “La estigmatización física me condicionaba mucho”

Klan había prometido que la Final Nacional de Red Bull Batalla 2021 iba a ser la última de su carrera, pasara lo que pasara. Para su suerte, esa última Batalla en formato pandémico terminó de ensueño: con la medalla dorada colgándole en el cuello.

El rapero y freestyler cumplió su palabra en 2022, cuando asumió el rol de jurado en la edición que terminó con Mecha como ganador. 2023 fue distinto. A principio de año, en un viaje con sus amigos, vivió un accidente que podría haber sido fatal: "El auto quedó irreconocible. Me desperté pudiendo perder la vida y dimensionando que podría haber muerto".

Y sigue, en diálogo con Clarín: "Me iba a morir sin ver crecer a mis hijos, iba a morirme sin sacar mi disco... y me iba a morir con las ganas de salir campeón del mundo. El Klan que dijo que no iba a ir a la Red Bull se quedó en ese auto". Este sábado 28 de octubre, en el Quality Arena de Córdoba, Klan va a buscar su segunda oportunidad y conseguir el pase a la Internacional en Colombia.

En el mientras tanto, celebra el estreno de su nuevo disco (el decimotercero de su carrera), que cuenta con featurings con Aczino, YSY A y Duki y un diseño de tapa de Gustavo Sala. Le demoró tres años y un proceso creativo que se tardó por "cuestiones de criterio de oído", el cual iba cambiando con el paso del tiempo.

"Al estar centrado mentalmente pude destrabar las cosas que había que destrabar. No es lo mismo hablar desde un lugar donde te mostrás como una persona insegura a tener convicción en tus palabras y saber cómo se tienen que hacer las cosas", asegura.

Y eso aplica también para su carrera como competidor de élite. Ya no pasa tanto por ejercitar la rima, sino por pensar en el instante y entendiendo que los resultados en las competencias está estrictamente ligado a las emociones del freestyler. "Al ser todo improvisado tiene que ver mucho el cómo te sientas. Yo ando haciendo todo lo correcto para estar en equilibrio".

Ahora, como batallero de renombre, encara las competencias en grandes escenarios sin ataduras. Al igual que muchos de sus colegas de su generación, Klan tuvo que rasparse las rodillas en las plazas durante muchos años antes de pisar tarimas iluminadas. La transición entre el cypher placero y la disposición del escenario fue un proceso traumático para él.

"Me costaba divertirme en los escenarios tanto como en la plaza", dice. "No reconocía el pánico escénico como tal, pero un poco de eso se ve que tenía: la luz, la cámara, ver a la gente desde otra perspectiva y sentirse observado... tiene que ver mucho con la estigmatización física que yo tenía. Diversas rimas que se me decían respecto a mi apariencia me condicioban mucho".

La profesionalización de las competencias lo encontraron a Klan ya fortalecido mental, física y espiritualmente. A medida que iba adquiriendo experiencia como rapero, todos esos miedos que reconocía a los golpes fueron desapareciendo. "Un poco de todo eso hace que hoy pueda disfrutar tanto en un escenario como en un parque".