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      Ferran Barenblit: “El arte puede acercarnos a cómo va a ser el mundo del futuro”

      • El argentino será el curador de la 16° Bienal de Cuenca, en Ecuador.
      • De visita en el país, dio charlas en el Museo de Bellas Artes y en la Universidad Di Tella.

      Ferran Barenblit: "El arte puede acercarnos a cómo va a ser el mundo del futuro"El curador Ferran Barenblit. Foto: Martín Bonetto

      Nacido en Argentina, en los años 70 el historiador del arte Ferran Barenblit emigró con su familia a Barcelona donde transcurrió su adolescencia y gran parte de su formación y trayectoria profesional. Aunque el punto de partida fue en Nueva York, donde empezó como asistente curatorial de Marcia Tucker en el New Museum, la mayor parte de ella tuvo lugar en España.

      Fue curador de Espacio 13 en la Fundación Miró y en 2002 pasó como director al Centro de Arte Santa Mónica de Barcelona hasta 2008 cuando se hizo cargo de la dirección del Centro de Arte 2 de Mayo (CA2M) en las cercanías de Madrid.

      Entre 2015 y 2021 dirigió el museo Macba en Barcelona y ahora se encuentra al frente del diseño curatorial de la 16ª edición de la Bienal de Cuenca, en Ecuador, cuya apertura esta prevista para el próximo 8 de diciembre.

      Invitado por la Embajada de España y arteba, su paso por su país de origen tuvo escalas en San Juan, Mendoza y también en Buenos Aires, donde dio charlas en el Museo de Bellas Artes y en la Universidad Di Tella. La Bienal de Cuenca fue el eje de la conversación que mantuvo con Clarín Cultura.

      Charla de Ferran Barenblit junto a Andrés Duprat en el Museo de Bellas Artes. Foto: Martín BonettoCharla de Ferran Barenblit junto a Andrés Duprat en el Museo de Bellas Artes. Foto: Martín Bonetto

      –¿Qué significado tiene esta Bienal en la serie de desafíos que has asumido en tu trayectoria?

      –Para mí es un acontecimiento extraordinariamente relevante. Fui jurado en una oportunidad y la verdad es que desde entonces le tengo un cariño inmenso. Para mí es muy importante que una bienal haya sido impulsada por una artista, la cuencana Eudoxia Estrella, y que además a lo largo del tiempo se haya afirmado institucionalmente de abajo hacia arriba.

      Hay una fundación municipal dedicada íntegramente a ella que para mí la convierte en la institución más relevante del país. Con un trabajo serio y continuado, un equipo propio y un mecanismo de visibilidad energético en el país y en la región y también una importante colección de arte contemporáneo. Porque desde los inicios muy acertadamente se instituyó un sistema de premios adquisición.

      Ese es el tipo de bienales, sobre todo en Latinoamérica, que resultan tan bellas, tan necesarias como poderosas. Y además, aunque esto suene muy hermoso no tiene el poderío ni económico ni los mecanismos institucionales que puede tener San Pablo.

      Pero lo cierto que estamos aquí hablando de ella y esta conversación podría tener lugar en muchas otras ciudades. Es una bienal muy dedicada a un público inmediato, al público cuencano y al público ecuatoriano. Y lo más importante es que ocurre una ciudad bellísima.

      –El título Quizá mañana suena esperanzador en un momento difícil para el mundo. ¿Es hacia allí que apunta?

      Diría que se propone reflexionar muy en clave de latinoamericana. De hecho la mayor parte de los artistas son latinoamericanos con algunas extensiones en Europa y en los Estados Unidos. Hay artistas de Argentina, como Magdalena Jitrik y Amalia Pica; de Chile, como Voluspa Jarpa, y también de Paraguay, Brasil, Perú, Venezuela, Colombia, Guatemala, Cuba, México, Ecuador, Estados Unidos, España, Alemania Bélgica y Finlandia.

      La idea es plantear cuestiones extraordinariamente importantes y tienen que ver con el lugar en el que vivimos y el contexto político en el que cada artista crea. Es imposible entender la obra de Voluspa Jarpa si se la piensa fuera del contexto de Santiago de Chile. O la de Sandra Gamarra, fuera del Perú.

      –En la selección de artistas hay mayoría de latinoamericanos, pero un grupo importante forma parte de una diáspora destacada que no vive en América Latina, .como Marilá Dardot, Ivan Argote, Carlos Garaicoa, Amalia Pica o Alexander Apóstol.

      –Es que la condición nomádica es un poco la condición del presente. Ahora quizá un poquito menos que antes pero cuando vemos la data de un artista frecuentemente encontramos aquello de de nació en tal lado puede ser México, Cuba o Colombia y vive entre Berlín, Madrid o Nueva York,

      –Has mencionado procedencias y nacionalidades algo que algunas plataformas internacionales están desestimando.

      –Es que los estados, sobre todo en Latinoamérica, fueron creados bajo la aspiración de progreso de bienestar, lo cual se habría de traducir en un progreso, tanto material como espiritual. De ahí el título Quizá mañana.

      Porque aunque las cosas no funcionaron como se esperaban, siempre está esa idea de "quizá mañana". A eso podría remitir el título. Tal vez porque habría que repensar muchas de las estructuras bajo las cuales nos hemos movido como ciudadanos. Y considero que el arte es un lugar posible para repensar todo eso y la realidad.

      Ferran Barenblit: "La condición nomádica es un poco la condición del presente". Foto: Martín Bonetto Ferran Barenblit: "La condición nomádica es un poco la condición del presente". Foto: Martín Bonetto

      –O para anticipar sus formas, como en Leandro Erlich y las experiencias de real-irreal que proponen sus obras, en relación con los debates de Inteligencia Artificial.

      –No lo había pensado de esta manera, pero sí el arte puede acercarnos a cómo va a ser el mundo del futuro.

      –¿Y como sería? ¿Cómo imaginarlo?

      –Ciertos acontecimientos recientes y algunas cosas, de la realidad por ejemplo nos ponen a prueba. Nos muestran que hay un poder duro y otro blando que compiten. De repente tenemos uno muy identificado: el poder duro de la fuerza del derecho internacional y el de la fuerza del poder militar.

      Pero hay momento en que éste aparece para salvarnos del caos como en la pandemia que se sacaron los ejércitos a limpiar. Y por otra parte, sin identificarlo claramente estamos inmersos en las garras de un poder blando al que nos entregamos sin demasiado reparo. Nadie discute que el soft power (poder blando) es quizá el arma más más más poderosa que tienen las naciones y los grupos de poder.

      –En la selección de la Bienal está el grupo Forensic Architecture, que justamente se vale de la tecnología disponible para desocultar cuestiones del poder.

      –Ellos son muy buenos. Rastrean en el mundo entero datos comprobables y le dan visibilidad a violaciones de derechos humanos o medioambientales. Sus videos están disponibles en la web. Este grupo investiga y contribuye a crear conciencia con sus mapeos. Ahí tenemos un caso en que el arte puede contribuir a mostrar otra realidad al desocultar justo aquello que el poder busca ocultar.

      PC


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      Ana Maria Battistozzi
      Ana Maria Battistozzi

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