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      Un techo de factura artesanal y cálido cobijo

      El arquitecto Fabrizio Pugliese enlazó la tradición rioplatense del ladrillo armado con un sistema industrializado como estructura de apoyo.

      Un techo de factura artesanal y cálido cobijoLa Casa Monopoli presenta la cubierta y la estructura como elementos diferenciados. Foto Javier Agustín Rojas

      Los techos abovedados en los espacios de una vivienda transmiten la sensación de protección, de cobijo. Si el plano curvo tiñe ese ámbito con luz rojiza, la percepción de la calidez de hogar se multiplica. En ese objetivo se enfocó Fabrizio Pugliese cuando les expuso a sus clientes los primeros bocetos para la Casa Monopoli en un barrio cerrado en San Vicente (Buenos Aires).

      Esta pareja con una hija (la joven recién recibida de diseñadora industrial y con la idea de estudiar arquitectura) aceptó la sugerencia, en línea con sus pretensiones: una construcción rápida, sencilla y de bajo presupuesto.

      Pugliese contaba con una ventaja, la familia había llegado a él con referencias de su trabajo e interesada en adoptar sistemas industrializados que supongan economías de tiempo y costos.

      “Ellos venían preseteados respecto a la cantidad de obras que se ven, que son modelos casi importados y, a la vez, con curiosidad por los sistemas en seco por la agilidad y la economía”, repasa el autor, quien en 2015 fue uno de los ganadores en el Concurso Nacional Clarín–SCA para Estudiantes de Arquitectura.

      La vivienda tiene una definición de síntesis y abstracción de cara al barrio. Foto Javier Agustín RojasLa vivienda tiene una definición de síntesis y abstracción de cara al barrio. Foto Javier Agustín Rojas

      “Con un espíritu de curiosidad y búsqueda constante, entiendo el diálogo con los destinatarios, las coyunturas, las limitaciones y las condicionantes del territorio como elementos que estimulan a la exploración y a la creatividad a la hora de operar”, se define.

      Interesado en indagar sobre la arquitectura vernácula y las redefiniciones tecnológico constructivas, Pugliese se embarcó en la experiencia de articular dos sistemas: uno artesanal y otro industrializado.

      Sin grandes aberturas, el planteo logra gran conexión con el exterior. Foto Javier Agustín RojasSin grandes aberturas, el planteo logra gran conexión con el exterior. Foto Javier Agustín Rojas

      El primero está representado en la cubierta, es un sistema estructural de cerámica armada (siguiendo la escuela de Eladio Dieste) que parece como suspendida.

      Y el sistema metálico, industrializado, está definido por una trama estructural que permite organizar el programa de la vivienda a partir de tabiques que van configurando los recintos dentro de la modulación.

      Un patio pequeño articula el sector del estar comedor y los dormitorios. Foto Javier Agustín RojasUn patio pequeño articula el sector del estar comedor y los dormitorios. Foto Javier Agustín Rojas

      El desvío de las cargas hacia los puntos de apoyo de las bóvedas se pone en relieve con una reducción de las columnas metálicas de 10 cm a 5 cm de lado. De ese modo, el proyectista atendió el pedido de su cliente respetando un presupuesto: “la casa salió muy, muy, económica”, asegura; con un lenguaje identificable en nuestra región.

      El ingreso de luz indirecta define la atmósfera de la casa. Foto Javier Agustín RojasEl ingreso de luz indirecta define la atmósfera de la casa. Foto Javier Agustín Rojas

      Por entonces, Pugliese tenía en curso una obra en la que comprobó la práctica que dos de los obreros, de nacionalidad paraguaya, habían adquirido en la construcción con ladrillo y, por eso, este docente de Arquitectura 4 del Taller A77 (FADUUBA) quiso ir más allá en San Vicente.

      El hall de acceso y el patio sectorizan el programa.El hall de acceso y el patio sectorizan el programa.

      Sobre la platea se montó la grilla metálica y esta estructura se utilizó como soporte de un entablonado de madera como base para armar las bóvedas. La curva se replanteó una vez ya que se repite una misma sección extendida para cubrir la planta.

      Los ladrillos se ubicaron con un centímetro de separación para colocar varillas en medio (cerámica armada). Una fina capa compresión, membrana acrílica y listo el techo.

      Las bóvedas están separadas de las paredes siempre, con vidrio donde es necesario.Las bóvedas están separadas de las paredes siempre, con vidrio donde es necesario.

      “El vacío que vincula los dos sistemas, artesanal e industrializado, permite el ingreso de luz indirecta. Esta operación es la que define la atmósfera de la casa a partir de los reflejos del ladrillo que tiñen a la vivienda de un color rojizo”, resume el autor.

      Casa Monopoli

      Proyecto. Arq. Fabrizio Pugliese Colaboradoras. Arq. Julieta Lettieri / Arq. Floriana Chab Ubicación. San Vicente, Buenos Aires Año. 2018-2021 Superficie construida. 155 m2 Construcción. Atenea Construcciones Fotógrafo. Javier Agustin Rojas

      BGM


      Sobre la firma

      Paula Baldo

      pbaldo@clarin.com

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