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      Genaro Olivieri logró otro triunfazo y avanza a paso firme sobre el polvo de ladrillo de Roland Garros

      El tenista de Bragado, que venía desde la qualy, superó al italiano Andrea Vavassori, 148° del mundo, en cuatro sets y se metió en la tercera ronda.

      Genaro Olivieri logró otro triunfazo y avanza a paso firme sobre el polvo de ladrillo de Roland GarrosGenaro Alberto Olivieri y su derecha que llega lejos en París. Foto: EFE/EPA/CAROLINE BLUMBERG
      Redacción Clarín

      El cuento de hadas de Genaro Olivieri sigue sumando capítulos en Roland Garros. El argentino, de 24 años y que hasta esta semana no había jugado partido alguno en el circuito mayor del tenis mundial, accedió a la tercera ronda del segundo Grand Slam de la temporada tras derrotar al italiano Andrea Vavassori por 7-6 (7), 3-6, 6-4 y 7-6 (3) en tres horas y 19 minutos de acción en la cancha 13. Fue una de las tres grandes alegrías para legión celeste y blanca, ya que también ganaron Francisco Cerúndolo y Tomás Etcheverry. No pudieron continuar en París Pedro Cachín, Thiago Tirante y Guido Pella.

      "Tengo que parar la pelota y quedarme a dormir adentro de la cancha. No lo puedo creer", soltó con una sonrisa de oreja a oreja y después de haber festejado mirando hacia el cielo para dedicarle, otra vez, la victoria a su papá, Carlos, ex pelotari, que murió durante la pandemia.

      Olivieri, oriundo de Bragado y de la misma generación que Francisco Cerúndolo y Tomás Martín Etcheverry, no la tendrá sencilla en su próxima presentación sobre el polvo de ladrillo de Bois de Boulogne. Es que lo espera el danés Holger Rune, sexto preclasificado, que además llegará descansado después de avanzar sin jugar por el retiro de Gael Monfils, quien se bajó del torneo después del dramático triunfo sobre el argentino Sebastián Báez.

      Ante Vavassori, que al igual que el argentino había atravesado la clasificación, Olivieri tuvo que encontrar las variantes necesarias para desactivar el potente saque de su rival. Comenzó muy bien en el primer set y se lo llevó en un reñido tie break, pero en el segundo sufrió un rápido quiebre de servicio y se desconcertó. Sin embargo, ajustó tuercas y poco a poco fue poniendo al italiano contra las cuerdas y así pudo cerrar el partido con amplio margen. 

      Olivieri y su saque. Foto: EFEOlivieri y su saque. Foto: EFE

      "El partido fue muy complicado. Me jugaba muy alto y me complicaba mucho. Tuve que empezar a mover las piernas y empezar a pegarle yo. Porque si no estaba retrocediendo siempre. Con esa movilidad, además, empecé a sacar mejor. Empecé a variar más. El saque me cuesta mucho por la estatura (1,70 metro). No está mal técnicamente, pero tengo que estar tranquilo y concentrado para sacar", contó Olivieri sin esconder nada sus virtudes y sus defectos. En la primera ronda había necesitado cinco sets para sacar al juvenil francés Giovanni Mpetshi Perricard, quien había entrado al cuadro principal con una invitación

      Y siguió con una sinceridad brutal: "Llegué con margen para cerrar el partido. Igual, siempre me tiembla un poco la mano en los cierres. Sabés: te tiemblan las piernas. Por suerte lo cerré bien. Ni me acuerdo el último punto".

      Lejos de amilanarse, Olivieri se tiene toda la confianza para lo que viene sin reparar en que del otro lado de la red estará un top ten y uno de los candidatos para llegar bien lejos en París. "Sé que se retiró Monfils y que juego con Rune. Es un partido más, hay que jugar al tenis. Va a ser la primera vez que juegue en un estadio grande, así que hay que prepararse. Aunque es la misma cancha, las mismas medidas. Obviamente emocionalmente pesan más, pero es tenis. Hay que prepararse para jugar al tenis", enfatizó el argentino, que ya se garantizó un cheque por 154.103 dólares.

      A pesar de la gran diferencia en el ranking -él ocupa el puesto 231 de la ATP frente al 6 de Rune-, este argentino cree que la inactividad de su rival -tres días sin jugar debido que su oponente se retiró por lesión antes de empezar. puede influir en las dos direcciones. Por un lado, el danés tiene la ventaja de no haber sufrido l desgaste de casi tres horas y media sumado a la tensión emocional, pero por otra parte "yo tengo el ritmo de partido".

      Genaro Olivieri, el tenis y el amor por papá

      Genaro Olivieri creció admirando a Rafael Nadal. La fuerza de voluntad del mallorquín, su ética de trabajo y su dedicación, que lo llevaron a ser uno de los mejores de la historia, son cualidades que el argentino trata de emular cada día. Quizás por eso -o tal vez por un guiño del destino-, fue sobre el polvo de ladrillo de Roland Garros, el mismo sobre el que su ídolo construyó un reinado inigualable, donde el bonaerense vive su semana más importante en circuito más importante del tenis masculino.

      Olivieri, 231° de la clasificación, forma parte de esa talentosa nueva generación de jugadores que lidera Francisco Cerúndolo, 23° del mundo. Genaro empezó a jugar al tenis luego de que un médico les recomendara a sus padres que lo llevaran a practicar deportes para combatir su colesterol alto. No tardó en destacarse entre los chicos de su categoría y muy rápido se ganó la chapa de "gran promesa argentina".

      En esos primeros años, nació su fascinación por Nadal. Tanto le gustaba el español, que hasta le copiaba los looks para salir a la cancha.

      De revés. Olivieri muestra un gran tenis. Foto: EFEDe revés. Olivieri muestra un gran tenis. Foto: EFE

      "Me vestía como él. Era difícil porque en Argentina no se conseguían los pantalones largos que usaba. Entonces me compraba un pantalón Nike un talle más grande, que me quedaba más largo y le hacía algún ruedo para que no se me cayera y pudiera jugar cómodo. Todo para ser más parecido a Nadal. Tenía musculosas también. Y, después cuando empezó a jugar con las mangas cortas, pasé a las mangas cortas. Era mi ídolo y lo va a ser siempre. No hay explicación para lo que consiguió el flaco. Es impresionante", contó hace unos días en charla con el sitio BATennis.com.

      Y, entre risas, agregó: "Me puse triste cuando me enteré que no iba a jugar en París este año. ¡Qué locura habría sido enfrentarlo acá, una cosa de locos! Habría jugado todo el partido llorando".

      Olivieri fue uno de los mejores juniors de su camada. Ganó tres títulos (todos en 2015) y llegó a ocupar el octavo escalón del ranking mundial de la ITF en junio de 2016, año en el que jugó los cuatro Grand Slams y firmó su mejor actuación con los cuartos de Roland Garros.

      Puño apretado para Olivieri, que ahora va por Rune. Foto: EFEPuño apretado para Olivieri, que ahora va por Rune. Foto: EFE

      Fue también un adelantado a nivel ATP. Consiguió su primer punto en agosto de 2014 en el Future de La Rioja. Para dimensionar su precocidad, Fran Cerúndolo y Tomás Etcheverry -dos que hoy ya están afianzados entre los mejores del ranking- lo hicieron dos años más tarde. Y cuando Genaro se metió entre los primeros 1.000 de la clasificación, en diciembre de 2016, el porteño estaba 1.930° y el platense, 1.756°.

      Sus buenas actuaciones llamaron la atención de Daniel Orsanic, por entonces Director de Desarrollo de la AAT y capitán argentino de Copa Davis, quien lo llevó como sparring a la serie que el equipo albiceleste, con Juan Martín Del Potro a la cabeza, le ganó a Italia por los cuartos de final, en su camino a la inolvidable consagración.

      Durante ese duelo en Pesaro, le contó a Clarín que estaba muy ilusionado con dar el salto al profesionalismo. "Arranca el momento más importante de la carrera, la frutilla del postre. Pero no tengo miedo, porque me estuve preparando para eso toda la vida", aseguró. Pero la transición le costó más de lo que esperaba.

      Fue avanzando, pero a paso más lento que los otros chicos de su grupo etario (¿Habrá influido la diferencia de talla?). Recién en 2019 consiguió sumar sus primeros títulos en el (ex) circuito Future. En su octava final, ganó un M15 en Buenos Aires en julio, cuando estaba 649° en el ranking. Y en noviembre, como el 481°, celebró en un M25 en Nápoles.

      En abril de 2021 sufrió un durísimo golpe: falleció su papá, Carlos Olivieri, reconocido pelotari argentino y el mayor impulsor de su carrera. Genaro pensó en dejar el tenis, pero se levantó y en 2022 dio un gran salto.

      En noviembre conquistó, por fin, su primer Challenger, en Montevideo, con una durísima victoria en la final ante Etcheverry, que ya estaba 85°, y días después apareció en el 190° escalón del ranking, su mejor ubicación hasta hoy. La victoria sobre Vavassori (148°) en segunda ronda le permitiría romper su propio techo y acercase al objetivo del top 100 que se puso para este año.

      Genaro Olivieri y su alegría por su primer título en el Challenger Tour. Foto Instagram @genaolivieri4Genaro Olivieri y su alegría por su primer título en el Challenger Tour. Foto Instagram @genaolivieri4

      "Mi papá me apoyaba de todas formas, desde psicológicamente a económicamente, al final hasta sabía de tenis... Me empujó muchísimo, él quería que jugara más que yo. Fue mi compañero de carrera y de vida. Cuando falleció no quería volver a jugar, no tenía motivación, pero regresé y cuando entraba en la cancha tenía un fueguito sagrado. Porque pienso que desde algún lado me está viendo y está disfrutando conmigo", contó tras la victoria sobre Mpetshi Perricard.

      Olivieri -que en febrero pasado consiguió su tercer título ITF en Tucumán- había vuelto a disfrutar en una cancha, pero tenía una cuenta pendiente: el circuito ATP. Había jugado el año pasado las qualys de Wimbledon y el US Open y en enero la de Australia, sin poder superarlas. También la de Houston, en abril pasado, otra vez sin suerte. Pero llegó a París confiado, ganó los tres partidos de la fase previa -cedió un solo set, en la tercera ronda ante Adrian Andreev- y cumplió el sueño de meterse en el main draw del Major francés.

      No se conformó, El martes celebró su primer triunfo en el más alto nivel del tenis profesional en el polvo de ladrillo de Bois de Boulogne. Y este jueves dio otro paso más. Allí, donde su ídolo Nadal se bañó de gloria 14 veces y con la fuerza que le manda su papá desde el cielo, Genaro Olivieri le sigue poniendo ladrillos a su carrera. El sueño en Roland Garros recién empezó y él no se quiere despertar.


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