"Tengo un tumor en el esófago", informó Pepe Mujica este lunes. Y como cada vez que una personalidad (artista, deportista, político, como este caso) cuenta que atraviesa un complejo problema de salud, las consultas en Google se disparan. Sobre todo, cuando se trata de enfermedades no muy comunes.

Y si bien el cáncer (que no es una, sino muchas enfermedades) es muy prevalente, el de esófago no está entre los más frecuentes (en Argentina y Uruguay produce el 1,5% y el 1,7% del total de casos de cáncer, respectivamente).

No obstante, a nivel mundial hay una luz de preocupación encendida sobre uno de sus tipos, el adenocarcinoma de esófago (el otro es epidermoide o escamoso), porque los casos están creciendo muy rápidamente en las últimas décadas. De hecho, es el que más se incrementó en los últimos 30 años.

Ese aumento se da asociado principalmente al avance de la obesidad, el exceso de grasa abdominal y la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).

Uno de los principales factores de riesgo para desarrollar adenocarcinoma es el esófago de Barrett, una lesión premaligna, una especie de cicatriz que desarrollan algunas personas con ERGE.

¿Quiere decir que si tenés reflujo vas a tener esófago de Barrett? No, se da en el 5% al 12% de las personas con ERGE. ¿Y que si tenés Barrett a largo plazo vas a terminar desarrollando cáncer de esófago? Tampoco. Son condiciones que incrementan el riesgo pero no lo determinan.

A su vez, tienen más chances de desarrollar cáncer de esófago las personas de edad avanzada (es más frecuente a partir de los 65, pero está apareciendo cada vez en forma más temprana), los varones, quienes viven con obesdad, fuman y/o consumen alcohol en exceso. Algunas enfermedades sistémicas, tomar bebidas muy calientes, consumir pocas frutas y verduras y algunas también incrementan el riesgo.

El cáncer de esófago se desarrolla silenciosamente, sin dar señales, hasta que se encuentra muy avanzado, lo que complica el pronóstico. Los síntomas del cáncer de esófago pueden variar dependiendo del estadio de la enfermedad, pero los más comunes son dificultad para tragar, dolor o presión en el pecho, pérdida de peso inexplicable, tos persistente, regurgitación de alimentos, indigestión o acidez frecuente.

Tené en cuenta que esas manifestaciones pueden estar causadas por otras enfermedades, pero en caso de que persistan durante varias semanas o no mejoren con el tiempo, ameritan una consulta médica.

A diferencia del cáncer de colon (el cáncer digestivo a ambos márgenes del Río de la Plata), no hay estudios de rastreo en población general para detectar cáncer de esófago en forma temprana.

El diagnóstico del cáncer de esófago se realiza generalmente mediante una endoscopia alta. Los especialistas están intentando definir quiénes deberían realizársela como control.

En la actualidad, se sugiere evaluar a quienes presenten al menos tres de estos factores de riesgo: antecedentes familiares, síntomas de reflujo de larga data, fundamentalmente varones, mayores de 50 años y, sobre todo, si tienen sobrepeso-obesidad y son fumadores.

Los especialistas coinciden en que además de aumentar el rastreo, es clave la concientización para evitar la mala alimentación y la obesidad, el tabaquismo y el consumo de alcohol, que aumentan el riesgo de reflujo crónico, de esófago de Barrett y de cáncer de esófago.

Mascotas, un remedio antiestrés

"Receto mascotas": la indicación es de Daniel López Rosetti, médico especialista en estrés. "La ciencia ha comprobado que la relación con los animales, emocionalmente hablando, es beneficiosa", afirma.

El lunes fue el Día del Animal. Y un simple pantallazo por las redes basta para ver que eso que dice la ciencia se observa en miles y miles de casos particulares.

Según López Rosetti, la relación con nuestras mascotas ayuda a bajar el nivel de cortisol, que es la hormona del estrés, mientras que aumenta la dopamina (la hormona del placer o de la recompensa), la serotonina (un neurotransmisor que guarda relación con el bienestar) y la oxitocina (u "hormona del amor").

Los animales domésticos ayudan además a paliar los efectos de la pandemia de soledad, que afecta sobre todo a muchas personas mayores.

Así que hoy el consejo saludable es, si podés, adoptá una mascota.

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